Hoy continúo escribiendo sobre el poder del juego para resolver objetivos determinados. En concreto voy a escribir sobre los indicadores, porque para ver si estamos llegando o no a donde queremos llegar, para ver si realmente estamos resolviendo nuestros objetivos a través del juego, ¡necesitamos medir!
Como bien explica Imma Marin en su nuevo libro ¿Jugamos? Cómo el aprendizaje lúdico puede transformar la educación a la hora de medir lo primero que debemos hacer es diferenciar resultados esperados de impactos esperados. Me explico: «el resultado esperado es aquello que obtenemos y evaluamos al acabar la actividad o actividades. Es inmediato». Por ejemplo, que los compañeros de trabajo accedan al email de comunicación 4 veces durante este mes, que mis alumnos lean 4 novelas este trimestre, etc. Pero «¿garantiza esto que hayan mejorado su hábito lector de los emails de comunicación o de novelas?» ¿seguirán haciéndolo después de que acabe la partida que has preparado?.
El impacto esperado, sin embargo, «busca medir el resultado de tu acción a medio o largo plazo, vincularlo al cambio que deseas y responder a la pregunta sobre si los cambios observados son debidos a tu acción o no». Siguiendo con los ejemplos anteriores, conseguir potenciar la motivación intrínseca en leer los mails de comunicación o en leer novelas, «modificar permanentemente los marcos mentales y el comportamiento de los sujetos objeto de la actuación lúdica».
Así pues, si en tus indicadores diferencias resultados de impacto, ¡te acercarás mucho más al poder del juego!
Yo lo que hago al diseñar es pensar en el «efecto bola de nieve«, es decir, desmenuzar los objetivos teniendo muy claro su jerarquía con sus indicadores y la relación entre ellos: si consigo esto se encadena con esto otro, si consigo aquello se encadena con aquello otro… Es decir, concretar cuáles son mis objetivos principales con sus indicadores principales, cuál es el siguiente nivel de objetivos y sus indicadores y, si el proyecto lo requiere, cuál es el tercer nivel de objetivos y sus indicadores.
Según nos encontremos en un ámbito profesional o en otro cuando hablamos de indicadores empiezan a surgir distintos conceptos:
En Enjogassa’t, un juego para fortalecer tu aprendizaje del valenciano que hemos creado desde Marinva para la Diputación de Valencia y en el que he sido el Jefe de Proyecto y Diseñador del Juego, hemos realizado un perfil de jugador con indicadores muy interesantes.
Por un lado te indica cuál es el progreso que llevas realizado según el nivel de dificultad de las preguntas (A1, A2, B1, B2, C1 y C2) indicándote cuál es tu porcentaje de aciertos y el número de respuestas que has realizado. Por otro lado te indica cuál es tu progreso en las distintas islas temáticas, cuánto de cada mundo llevas explorado. Además, el paisaje se va construyendo mientras juegas y vas desbloqueando una serie de memés narrativos de las aventuras que viven Arrancalèxic, Bufaacents y Tombaerrors (su traducción al castellano sería Arrancaléxico, Soplaacentos y Tumbaerrores). ¡Este es el perfil que hemos realizado!:
Si estás siguiéndome de cerca ya sabrás que en unas semanas Esther y yo impartimos el ESCAPE COURSE LAS 12 CLAVES DE LA GAMIFICACIÓN: un cursojuego sobre gamificación donde vas a aprender mecánicas y elementos de juego para que puedas resolver objetivos a través del poder del juego. Desvela los desafíos, resuelve los enigmas y escapa de este curso para aprender qué es la gamificación y cómo aumentar la motivación y eficacia de tus equipos resolviendo tus necesidades.
¡Estás invitado/a a participar!
Durante este 2018 voy a publicar este tipo de post para compartir las claves sobre el juego que he ido descubriendo como diseñador de juegos, guionista y gestor de proyectos de gamificación y juego en los últimos 4 años. ¡Serán los últimos martes de cada mes! Aquí puedes ver las #12HistoriasDeJuego
Comentarios recientes